Enseñar es en sí mismo un compromiso a seguir aprendiendo...
La sensación de comprender y adquirir el conocimiento no se equipara con nada más que la emoción de compartirlo con alguien más y ver en su rostro la luz del entendimiento en el momento en que lo que era mío se convierte en parte de otro ser.
Enseñar es tocar el cielo y darse la oportunidad de en la mortalidad, trascender.
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